acerca de nuestros handicap´s

Todo ser humano se enfrenta a lo largo de su vida con obstáculos propios de la existencia; vencerlos significa romper con nuestros esquemas, con lo que nos han dicho que era cierto.

Por años hemos entendido a la discapacidad como una limitación y no como una condición de vida que se alimenta principalmente de la discriminación, ignorancia e indiferencia, elementos que representan nuestras verdaderas limitaciones, para entendernos, para conciliar y aceptar al que creemos es diferente; esos son nuestros verdaderos handicap´s en los que estamos atrapados. Al hablarlos, analizarlos y discutirlos puede que encontremos la fórmula para liberarnos.







miércoles, 18 de mayo de 2011


Hola estamos aquí es una campaña contra la no discriminación!

Dónde unos ven sólo discapacidad nosotros vemos una riqueza en la diversidad!

No a la homofobia, No a la discriminación

martes, 10 de mayo de 2011

¿Quién les robó el 10 de mayo?

La maternidad, entendida como lenguaje sublime de existencia y vida a través de otro, manifestación de “amor natural” en toda mujer la cual se piensa que en la mayoría de veces  actúa por instinto al convertirse en madre negándole el reconocimiento a los múltiples e invariables esfuerzos que tiene que realizar para desarrollar un sinfín de habilidades que le permitan ser una madre lo suficientemente buena, tal cual se refiere a ellas el psicoanalista Winnicot.

¿Habrá en este mundo a quien se le niegue la posibilidad de ejercer su maternidad? Por desgracia la respuesta es que sí, en este mundo y en este país ocurre algo preocupantemente silencioso, perversamente cobijado nuevamente por la invisibilidad que refleja  la ausencia de datos al respecto impidiendo la emisión de los señalamientos de alerta y demandas pertinentes para poder actuar y corregir conceptos peligrosamente mal entendidos que llevan a acciones desgarradoras.
Mujeres con discapacidad intelectual son histerectomizadas bajo el consentimiento de los propios padres de familia, con el argumento de protección; ¿Protección para quién? ¿De qué se supone  estamos defendiendo a estas mujeres a las cuales no solamente hemos decidido imponerles el juicio lapidario de incapacidad para ejercer su maternidad como función social en una conducta que a toda costa se vislumbra como discriminatoria y marginal, que además fomenta la violación sistemática a sus derechos fundamentales que asisten a todo ser humano proclamando que todos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos y que toda persona puede invocar todos, sin distinción alguna y, por ende, sin distinción de sexo incluidas por supuesto las personas-mujeres con discapacidad intelectual quienes dada su condición de mujeres y de personas con discapacidad sufren los estragos de las aquiescencias de un sistema de salud, social  y judicial pérfido, cruel e involucionado que invalida el reconocimiento “de que las mujeres y las niñas con discapacidad suelen estar expuestas a un riesgo mayor dentro y fuera del hogar, de violencia, lesiones o abuso, abandono o trato negligente, malos tratos o explotación”?
Dentro de la clasificación de la discapacidad encontramos grados de funcionalidad que se dividen en profundo, moderados o leves; pudiéndose entender que una mujer con discapacidad profunda debido al resultado de las serias dificultades y limitaciones a causa de una disfunción intelectual o cognitiva podría llevar a cabo un ejercicio de maternidad; por el contrario estas mujeres deberían de ser las que gozaran del más alto grado de protección y cuidado pues debido a su condición sumamente vulnerable quedan expuestas a toda clase de abusos sobre todo sexuales, sin embargo resulta inadmisible pensar a la histerectomización como una medida de prevención y protección a sus derechos; la histerectomía evita el embarazo pero ¿qué medidas evitan el abuso sexual?
Las exigencias deberían de ser hacia un sistema legal que proporcione medidas necesarias para la protección a su integridad; sobre todo cuando estas mujeres se encuentran en estados de reclusión donde los abusos se cometen de forma constante y permisiva.
Otro panorama no más alentador es el que se da en casa desde los mismos padres de familia para los que tampoco existen sistemas de acompañamiento efectivos formales que les brinden orientación específica en cuanto a las etapas de desarrollo de sus hijos entre ellas el  manejo de la sexualidad; padres de familia caminan en completa soledad y obscuridad ante el tema desde el nacimiento de sus hijos, el temor y dolor a  repetir y duplicar la historia es constante; debido al riesgo mayor que podría significar el hecho de que una persona con discapacidad congénita pueda heredarla; si bien existe el “riesgo” latente, como en todos, también existen medidas de orientación y acompañamiento que deben ser explicadas y atendidas dirigidas para los padres como para la persona con discapacidad intelectual.
Algunos padres de familia toman la decisión de someter a sus hijas a prácticas anticonceptivas irreversibles incluso cuando éstas cuentan con una plena conciencia para tomar la decisión de ser madres; la escasa promoción de sus derechos como el acceso a la justicia, salud, acceso a la información a la igualdad de reconocimiento como persona ante la ley, a la no discriminación, la protección contra la explotación, la violencia y el abuso, el derecho al respeto de la privacidad, del hogar y de la familia se ven suprimidos e inexistentes al no contar con programas que apoyen la autonomía y respeto de las decisiones de las personas con discapacidad quedando atrapados no solo ellos sino sus mismos padres quienes en base a la ignorancia secuestran una posibilidad de vida más libre, aunque esta propuesta a muchos les parezca lo contrario.